Mi padre suele contar algunas historias que recuerda de hace ya bastantes años. Anoche, entre alguna que otra sonrisa, nos contó la que ahora paso a narrar:
Cierto señor, padre de tres hijos y propietario de 17 mulas, escribió en su testamento que le dejaba en herencia a su hijo mayor la mitad de sus mulas, al mediano la tercera parte y al pequeño la novena parte.
Fallecido el padre, los hijos intentan repartir (sin descuartizar ninguna) las mulas heredadas sin demasiado éxito. Pasado algún tiempo sin encontrar solución, un vecino les dice: "Os regalo una mula que es muy vieja y no me sirve para las tareas de labranza, a ver si así podéis repartir mejor".
Dicho y hecho. Los hermanos ahora, obedeciendo el testamento del padre, reparten 9 mulas para el hermano mayor, 6 para el mediano y 2 para el pequeño, sobrándole la última mula "regalada" que se la devuelven a su dueño y se quedan con la satisfacción de haber llevado el testamento a buen término.
Bueno, pues después de la sonrisa, os toca pensar...
Un saludo.
CARMONA AGRESIVO
Hace 12 años